martes, 12 de octubre de 2021

Estoy en el limbo.



Es lamentable.

No puedo trabajar, no puedo dibujar, me siento disociar, y no puedo hablar con nadie sin sentir la insoportable verdad tirando de mis labios, guardo silencio y de forma indirecta me hago más daño.

A veces me pregunto, si la gente con quien he hablado y que no sabe nada de lo que ocurre conmigo se da cuenta de que algo anda mal, incluso si no les digo que estoy pasando por un mal momento...siento que hablar conmigo es incomodo y raro, me siento fuera de tono, como si mis palabras fueran inadecuadas y calculadas, en otros casos digo cosas terriblemente tontas solo para no dejar que la conversación acabe y después me siento más y más imbécil si la respuesta es cortante o no es lo que yo esperaba, probablemente todo esta en mi cabeza, no, definitivamente, todo esta en mi cabeza.
Con lógica analizo, que se que no hay motivo para que ellos puedan juzgarme o si quiera pensar en mi luego de hablar por breves momentos, porque al final somos desconocidos que solo nos cruzamos de vez en cuando y aún así...termino repitiendo "soy un desastre, soy un desastre, soy un puto desastre".

Tengo los sentimientos desbordados hacia todas direcciones y quisiera que se mantuvieran en un solo sitio, en mi duelo, no quiero pensar en nadie más que no sea el que se ha ido, me siento culpable cuando pienso en otra persona...en otra persona que ni siquiera he visto, quisiera tanto no pensar, quisiera tanto no añorarle, me da rabia tener la edad que tengo y caer en el mismo vicio, es tan patético e innoble...estar en medio de una perdida tan importante y significativa, y encontrarme pensando con la insensatez que debería haber desaparecido hace años, prefiero mantener la distancia que dejarme llevar y arruinarlo, porque en este momento estoy en un limbo, que es mezquino y susceptible y que seguramente me traicionaría si abriera la boca aunque sea un poco.

La muerte de alguien que amas te puede afectar tanto...te hace perder la dimensión y la noción de las cosas, del tiempo, de las relaciones, y por alguna razón todo lo que hay en tu corazón, toda esa amargura se amontona hasta comprimirte el pecho y quieres que todo salga y nunca regrese, pero tus entrañas siguen trabajando en tu contra y te sigues llenando de lo malo, lo feo...lo ridículo, lo imposible de decir.

Todo se reduce a la falta de comunicación, a la incapacidad para explicar, y a la inmadurez que me acompaña a pesar de saber perfectamente bien que la solución esta a solo un mensaje, tal vez, si no estuviera tan jodida podría escribir sin sospecha, aplicarme a la habitual camaradería "hola, te quiero mucho, te extrañe" en vez de un " Me haces tanta falta, te necesito y te quiero tanto, tantísimo, que puedes estar riéndote de mi ahora mismo"

Me decepciona ser una criatura desvalida, no me reconozco, y cuando lo haga seguro he de retractarme, son mecanismos de defensa, ni más ni menos.

Y entonces es preferible sumirse en la pena que ha desatado esta vorágine de emociones e incongruencias, a sentir el remordimiento de pensar en alguien más que ni siquiera debería estar ahí, y a ratos te funciona, te curas las ansias, regresas al duelo, pero incluso si eres tan cínico como para prepararte, la cruda realidad no se compara a nada que pudiste anticipar, y ¿Por que habría de dolerte?, si desde tu infancia supiste que la idea de un cielo donde todos tus seres queridos te esperan no te ofrecería consuelo y ese mismo pensamiento te hacia sentir mejor que el resto de la gente, tan inteligente...tan fuerte, con una ventaja que te permitía vivir tu vida a placer, porque sin cielo o infierno no hay nada que temer más que a la inexistencia.

Pero ahora te ves, sin fe, sin alivio y te da envidia no poder entregar tu dolor a una fuerza superior a la tuya, quisieras estar ciego como todos los creyentes, los envidias, porque los demás si tienen eso que a ti te falta, confianza en un ser divino...confianza en cualquier cosa, no tienes nada y tu ego es muy grande como para tomar lo que sea que se te ha ofrecido.

Es irremediable no sentir resentimiento asi como tristeza.
Lo que he perdido es más que una persona que me amaba por sobre todas las cosas, por sobre todo reproche, he perdido un reflejo, he perdido un fuerte refugio, he perdido la certeza de nunca ser abandonada y olvidada, he perdido a quien en vida juro nunca iba a faltarme nada, he perdido un compañero de tardes de película, un complice con quien quejarme de mi madre, una mueca de disgusto por no preparar bien su cena, un desapruebo por mi presunta indolencia, un abrazo cálido y cansado, una mano curtida por el sol y el trabajo, un comentario hiriente, un sollozo secreto y viejo, un amor incondicional y verdadero que no se dividía entre otros, que me pertenecía por completo.
He perdido algo nuestro y que solo yo vivo para echar de menos, porque si, fue un hermano, un esposo, un tío, todo eso se comparte al unísono, pero lo que yo siento como individuo, como hija, la precisión de una  perdida tan especifica es solamente mía, no tiene competencia, no tiene repuesto, solo hay comodines en forma de recuerdos y memorias, fotografías y videos. Lo que permanece por siempre no puede almacenarse en un telefono, me quedan sus anécdotas aprendidas y sus mañas ya repetidas, y me queda la resignación en el lado izquierdo del pecho, por que tengo las manos llenas y pesadas, con todo lo nuevo que nunca podré compartir o contarle.


Pensaba que ser consciente de la muerte y tenerla en tu mente a diario era suficiente para afrontarla, pero aún cuando haces maromas para no sufrir el día que un ser querido se va...el dolor te alcanza, por más que esperes por su regreso en sueños, por más que te engañe el subconsciente, y te hieres profundamente, tanto que es invisible a los ojos de otros, porque no es de la forma en que esperaban y esperabas, sino de modos desconocidos, en lugares donde pensaste estar a salvo.

Incluso si te anestesias entre un mundo de fantasía el efecto de la morfina ficticia es temporal.
Existen momentos en los que escuchas una canción o lees una frase...consumes contenido que se supone te hace feliz, te hace olvidar, te distrae, se vuelve adictivo, estar sedado te viene bien y fingir también, y tu familia no nota la diferencia, porque siempre has vivido así, pero al final del día lloras, siempre lloras, por ninguna y por todas las razones.

He intentado poner distancia con los que me quieren o dicen quererme porque insisto en evitar las preguntas más frecuentes y los recordatorios más molestos "¿Como te sientes?" ¿Quieres salir?" "Cuidate, te quiero mucho", no tengo la cordialidad para responder como se debe...o para agradecer...o para pretender que tengo deseos de verlos, y sin embargo, si poseo el recelo al saber que todo cambia sin él y sin mi, que el mundo no se detiene y que todos salen de sus casas, avanzan, trabajan, se aman, mientras yo me oculto entre cuatro paredes, aferrándome al sufrimiento, excusándome con él y obligándome a estar sola.

Lo siento muchísimo, al final lo se, entiendo que me trato con dureza, que me atormento con sentimientos naturales, pasajeros, necesarios, volviéndolos morbosos y prolongados. 
Estoy en un limbo, pero supongo que es mejor que estar en un pozo sin no poder avanzar y sin poder retroceder, no puedo ver negros o blancos, estoy en grises, estoy triste.

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